Brecha digital: la nueva frontera de la exclusión social

Brecha digital: la nueva frontera de la exclusión social

En la actualidad la exclusión sigue siendo considerada una problemática mundial; sin embargo, hoy en día no se limita únicamente a factores culturales, económicos, políticos o de género, ya que la llegada de la tecnología y su acelerada incorporación a la sociedad ha abierto paso a la denominada “brecha digital” transformándose en uno de los factores contemporáneos más determinantes de la exclusión social. En este aspecto, nos hemos instalado en una realidad que obliga a las personas a desarrollar sus vidas con la ayuda de las herramientas digitales. Lo anterior, es preocupante ya que no tener acceso a internet, un dispositivo adecuado y especialmente las habilidades digitales necesarias para utilizar estas herramientas, significa quedar marginado tanto de la vida social, cultural y económica. En este sentido, se plantea un desafío enorme y preocupante para Trabajo Social, situándose como una de las principales disciplinas que debe asumir un rol para hacer frente a esta nueva desigualdad social.

La importancia que tiene acceder a las nuevas tecnologías, quedó en evidencia con la llegada de la pandemia del COVID 19, donde realmente la sociedad no estaba preparada ni tampoco existían las condiciones para el uso de la tecnología. Por esta razón, muchas personas que no contaban con conectividad, quedaron marginados de la educación, salud, trabajo, etc. Lo anterior, significó una gran cantidad de niños, niñas y adolescentes que no pudieron acceder a clases en líneas, familias que no lograron postular a beneficios y sobre todo adultos mayores que no sabían utilizar estos medios. En este aspecto, el mundo se dividió en dos partes, entre los conectados y los no conectados, poniendo en evidencia una de las mayores desigualdades sociales de la actualidad.

Con lo anterior, nacen las siguientes preguntas: ¿qué relación tiene Trabajo Social, con la brecha digital? y ¿qué se puede hacer desde la profesión para reducir esta problemática? En primer lugar, se debe entender a Trabajo Social como una profesión que desde el principio de su historia ha estado orientada a acompañar a aquellos grupos más vulnerables y velar por su bienestar. En este sentido, no basta simplemente con entender que la sociedad ha evolucionado, más bien se trata de comprender que esta evolución trae consecuencias que deben ser atendidas desde la disciplina. Por esta razón, se debe comenzar inicialmente por acompañar y/o desarrollar procesos de alfabetización digital, no únicamente centrados en aprender a usar estas herramientas, más bien, en visibilizarlas y demostrarle al mundo la realidad que enfrentamos, es decir: no sirve desarrollar medidas o programas sociales, si los beneficiarios no pueden acceder a estos, por no poseer conocimiento tecnológico, ni los recursos necesarios.

Es importante comprender que la brecha digital corresponde a un concepto multidimensional. En lo territorial  afecta mayoritariamente a aquellas personas que habitan en zonas rurales del país especialmente por la mala conectividad de estos espacios geográficos, en lo demográfico son las personas mayores quienes presentan mayor dificultad para entender cómo funcionan las herramientas digitales, presenciando cómo la sociedad se digitaliza rápidamente, aislándolos  completamente de un mundo que ve más viable y rápido utilizar medios tecnológicos para realizar trámites, entregar beneficios, etc.

Si bien, muchas personas se mantienen escépticas frente a la brecha digital, es un problema real que se ha situado como un escenario preocupante. Por esta razón, se debe entender y trabajar en el concepto de “inclusión digital” viéndolo como un derecho que cada una de las personas del mundo debería tener. En este sentido, es importante entender que no basta únicamente con mejorar las infraestructuras, se debe comenzar a integrar competencias digitales y programas sociales que garanticen la incorporación de todas las personas, grupos y comunidades a estas herramientas.

Por último, desde Trabajo Social se debe comenzar a integrar desde la formación inicial una alfabetización digital y desde la práctica aspectos como: promover proyectos de conectividad comunitaria, identificar zonas críticas y generar diagnósticos sociales que evidencien la desigualdad digital, actuar como un puente entre las instituciones digitalizadas y las comunidades que no manejan la tecnología, realizar capacitaciones digitales especialmente a adultos mayores, mujeres jefas de hogar y comunidades rurales. Una serie de desafíos que, desde la profesión, se deben trabajar para garantizar el bienestar de las personas marginadas por esta brecha digital.

Por Pedro Hermosilla C.

Estudiante de carrera de Trabajo Social

Universidad Bernardo O’Higgins.

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