Universidad Bernardo O’Higgins: Desde la ciencia al emprendimiento
La Universidad Bernardo O’Higgins realizó la firma de contrato de licencia de sus dos principales spinoff, COPESIL y Valoriza Spa. El primero relacionado con la creación de un nuevo dispositivo médico antimicrobiano y antibiopelícula; el segundo, con el desarrollo de alimentos a partir de la valoración de excedentes agroalimentarios.
Para el rector de la UBO, Dr. Claudio Ruff, la creación de estos dos primeros spinoff significa la fase final de un ciclo de la investigación científica en la Universidad Bernardo O’Higgins. “Las recomendaciones que han hecho la Unesco y la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) en Chile, nos han señalado que, efectivamente, los tiempos para la innovación y la investigación científica es de un ciclo de 10 años. Llegar a la creación de las empresas derivadas o spinoff, es una aspiración, un sueño, el término de un proceso”, aseguró el rector.
En cuanto al primer dispositivo, COPESIL, consiste en la modificación y funcionalización de materiales de silicona a través del anclaje de moléculas orgánicas que actúan como alambres moleculares en la superficie, lo que provee de características antiadherentes y antibiopelícula al material. Además, la formulación incorpora la inmovilización de nanopartículas de cobre (NpCu) en la superficie, las cuales aportan un efecto biocida a través del proceso de liberación de iones.
La jefa del Centro de Estudios e Investigación en Salud y Sociedad, Dra. María Cristina Paredes, explicó que: “Copesil es una excelente tecnología para ser aplicada a los dispositivos médicos de silicona causantes de infecciones en seres humanos. Actualmente, la solución se aplicó a catéteres urinarios generando un nuevo dispositivo médico, el que se encuentra en fase de validación clínica, con menor costo de producción, gran capacidad antibacteriana, y que permita prevenir y reducir la formación de biopelícula.”.
El segundo spinoff, Valoriza SpA, liderado por la directora de la Escuela de Nutrición y Dietética, Dra. Ximena Rodríguez, de la Facultad de Ciencias de la Salud, tiene como objetivo el desarrollo de alimentos a partir de la valoración de excedentes agroalimentarios, los cuales se caracterizan por ser fresco, listo para su consumo, sustentable, con aporte de fibra, vitaminas, minerales, antioxidantes y sin sellos de advertencia.
“Esta start up nace gracias a la adjudicación del Fondo de Innovación para la Competitividad Regional (FIC) que permitió el desarrollo de los primeros prototipos alimentarios y la habilitación de una planta piloto de procesamiento de alimentos al interior del Mercado Lo Valledor. Luego el año 2022 el grupo de investigadoras adjudicaron el NAM de ANID (La Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo) que logró poner en marcha la planta piloto produciendo hasta 75 kilos de alimentos en un turno de producción, cuyos resultados destacan mejoras en parámetros bioquímicos”, manifestó la directora de la Escuela de Nutrición y Dietética.
En esa misma línea, el Dr. Claudio Ruff fue enfático en asegurar que las empresas emergentes importan a lo menos ocho aspectos que son trascendentales para la comunidad universitaria: la transferencia tecnológica, un fomento a la innovación, generador de empleos, un imparto al desarrollo regional, una colaboración directa entre la academia y la industria; una buena vinculación entre la universidad, sus centros de estudios y de los investigadores con la industria, entre otros.